martes, 9 de agosto de 2011

Que efimero.

No me pidas que celebre un aniversario, fin de año o mi cumpleaños. Al fin y al cabo estás celebrando una cifra. ¿O no? No pretendas que en las tartas prenda fuego a un par de números, o que crea en la picardía de un martes 13. No lograrás convencerme de que a los 18 eres adulto o de que por estadística no llegaré a los 100. No conseguirás hacerme creer que hay "Mujeres 10" o niñas que no valen 1 duro. Ni siquiera puedes asegurar que con un 9,85 en Medicina ganaré un premio nobel por conseguir la cura a alguna enfermedad importante. No podrás evitar que me sienta inerte cuando los autores de mis exámenes son 8 dígitos y una letra, o DNI. Somos números. Incluso a pesar de lo mucho que te reproche, el 31 del 12 del 2012 a las 23:59 cobardemente temblarás por miedo a la muerte. Sólo pediría que 1 de los 3 famosos deseos del genio, fuera no tener que depender de las figuras amorfas que alguien inventó para dar a luz a las matemáticas. Aunque pensándolo bien, para eso tendríamos que quedar en una fecha. Y a una hora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario